Recoger o no recoger, ésa es la cuestión

Me he dado cuenta que cuando se es madre, si quieres hacer algo en la vida debes ponerte metas, por ejemplo, metas de la semana: ordenar la mesa del comedor. Parece fácil lo sé, pero no lo es, es difícil, chungo, imposible. Lo he intentado varias veces pero nada. La última ha sido poner todas las letras que te traen las guirnaldas de moda (por cierto las recomiendo, son monísimas y las compré en Oui Oui) encima de la mesa para, ilusa de mi, ir probando frases «guays» (in english please) a ver si tenía todas las letras. Más fácil hubiese sido escribirlas en una hoja y contar letras verdad? Pues no. La mamá desquiciada a las 10 de la noche no está mucho para pensar, así que si queremos ponernos en la mesa del comedor con las 164 letras y 16 símbolos que trae la caja e ir probando: «I love to the moon and back» «hasta el infinito y más allá» … Creo que conseguiré escribir «to infinity and beyong» corta y en inglés. Ole. 

Otra de las metas que me impongo es hacer el cambio de armarios. Sí en plural, porque si ya en su día me daba pereza ordenar MI ropa, pues imaginaros la de cuatro personas, para que te dé un patatús. Ahora bien, otro día os contaré ideas para organizar bien la ropa de los enanos y hacer compras no compulsivas, difícil lo sé pero hay que intentarlo! Así que ahora mismo los pantalones de pana conviven con las bermudas y los polo manga corta con los bodys de invierno. Un clásico donde los haya. 

El objetivo de irme a la cama con la casa recogida es tan imposible que de momento lo he dejado por perdido. Objetivo no cumplido. Recoger la cocina? Jamás de los jamases. Y los que me conozcáis estaréis pensando: «muy mal tiene que estar para dejarlo todo sin recoger». Bueno, mal no es la palabra pero cuando se es madre, y sobre todo bimadre como yo, incluso de gemelos o casi gemelos como servidora la palabra «recoger» no está a la orden del día. Y qué difícil se hace para una maniática del orden el dejarlo todo y decirse cada día «mañana lo recojo». Y ¿por qué llegamos hasta tal punto las madres?» Porque reinas, por mucho que queramos las madres no vivimos en un mundo Pinterest y, o nos sentamos 5 minutos o nos recogen con pinzas, porque hay que saber decir «hasta aquí» ya habrá tiempo de recoger y sino pues todos tranquilos que mañana seguirá todo igual esperándote. C’est la vie! Así que entre  legos por el comedor, letras por la mesa, papillas en la cocina, ropa de hace 4 días por colgar, servidora se despide pero no sin antes animar a todas las mamás primerizas que quieren llegar a todo a que lleguen a lo que puedan, el resto puede esperar. 

Pd: como últimamente desde que trabajo mi tiempo se ha reducido a 0, debo decir que al final las letras de la mesa del comedor se recogieron dejando paso a un perchero, 2 botes de pintura y varios colgadores de Ikea más. No llegué a crear ninguna frase «guay».

Pd2: en los armarios siguen conviviendo bermudas con pantalones de pana. Y creo que ahí se quedan, juntitos, tanto tiempo y son ya como de la familia.

Pd3: venga va, que nadie se me estrese, os dejo unas fotos de comedores made in Pinterest para que cuando tengáis la casa patas arriba os sentéis y visualicéis un poco de paz interior 🙂 

   
    
    
 

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